jueves, 21 de agosto de 2014

LA FORMACIÓN DE USUARIOS EN LAS BIBLIOTECAS ESCOLARES. Antonio Carpallo Bautista. La nueva alfabetización: un reto para la educación del siglo XXI



Antonio Carpallo Bautista.



La formación de usuarios comienza a ponerse en práctica en los años sesenta y setenta en los países anglosajones. A finales de los setenta, aprovechando los resultados en bibliotecas universitarias, se extiende la formación de usuarios a las bibliotecas de centros docentes y secciones infantiles de bibliotecas públicas. 
La formación de usuarios es un servicio que ofrece la biblioteca para la utilización de unos recursos por parte de los escolares, y para ello es necesario la enseñanza de las técnicas bibliotecarias, bibliográficas y documentales. 

La formación de usuarios debe ser entendida como un conjunto de actividades o actuaciones de carácter pedagógico, que pretende conseguir la máxima utilización de las posibilidades informativas de la biblioteca. No hay que considerar estas actividades como una actividad puntual, sino que deberían convertirse en un servicio bibliotecario de carácter permanente. 

Es necesario que la formación de usuarios comience ya desde las primeras etapas de escolarización, y debe acentuarse a través de la educación primaria y secundaria, cuya obligatoriedad asegura la posibilidad de que todos los individuos reciban esta formación. La biblioteca escolar, con un profesional especializado, debería convertirse en el agente de esta formación. Sin embargo, la realidad de la biblioteca escolar en España es muy precaria y por ello a menudo la biblioteca pública asume la labor de sustitución en la formación de los 
usuarios. 

No hay que olvidar que las bibliotecas escolares no pertenecen al Sistema Bibliotecario Español, lo que demuestra el poco interés que tiene para la Administración este tipo de unidades de información. Es evidente que si las bibliotecas escolares no están apoyadas, menos aún la puesta en marcha de proyectos de formación de usuarios. 

A pesar de todo el Ministerio de Educación y Ciencia puso en marcha en 1995 un Proyecto Piloto de Bibliotecas Escolares, con la colaboración del Ministerio de Cultura. Entre los objetivos de este proyecto estaba establecer planes de formación del profesorado. El proyecto se puso en marcha en cinco provincias (Guadalajara, Madrid, Valladolid, Zaragoza y Zamora). A las bibliotecas escolares se les dotó de un sistema informático denominado ABIES, un equipo informático, y se impartieron cursos de formación a los profesores responsables de las bibliotecas. 

En 1997, el Ministerio de Educación y Cultura y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez organizaron en Madrid el I Encuentro Nacional de Bibliotecas Públicas en el que se llegó a una serie de conclusiones, como disponer en las bibliotecas escolares de un presupuesto específico y personal a tiempo completo con una formación especializada, necesaria sin duda alguna para la correcta formación de los usuarios de las bibliotecas. 

En 1998, el Ministerio de Educación y Ciencia organizó un curso de formación sobre Bibliotecas Escolares dirigido a profesores, en soporte CD-ROM, de carácter práctico, basado en un manual multimedia. El curso pretendía dotar a los profesores de los conocimientos básicos sobre la organización de una biblioteca, las técnicas documentales y la formación de usuarios. 

La importancia de la formación de usuarios

La biblioteca escolar debe acercar sus servicios a toda la comunidad escolar y favorecer el uso de la lectura y la búsqueda de la información. La formación de usuarios es una de las tareas educativas básicas más importantes. 

Los programas de formación de usuarios son más necesarios en la medida en que la biblioteca amplía y diversifica las ofertas de servicios informativos a la comunidad escolar, entre ellos los que dependen o se basan en la utilización de tecnologías de la información. 

Si la biblioteca escolar constituye el eje en torno al cual se debe adherir la actividad educativa del centro, la formación de usuarios es el medio que permite poner en marcha todas sus potencialidades. 

Una de las funciones del personal de la biblioteca consiste en enseñar su funcionamiento (señalización, catálogos, búsquedas bibliográficas, etc.) a los usuarios del centro. La adquisición de habilidades en el manejo de la biblioteca les será de gran utilidad en su etapa universitaria y profesional. El escolar debe conocer el funcionamiento y organización de la biblioteca y las normas por la que se rige. 

La formación de usuarios comprende un conjunto de actividades que pretenden fomentar, mediante una idónea utilización de los recursos documentales, la capacidad de responder con autonomía a cualquier demanda informativa. Estas actividades requieren de una planificación previa que parta de las necesidades de los escolares. 

Como objetivos básicos, la formación de usuarios pretende ayudar a que los alumnos adquieran las siguientes aptitudes: 

- Acceso a las obras: 
• Conocer la función de los catálogos, las fichas ylos registros catalográficos. 
• Conocer los catálogos de la biblioteca y aprender a localizar en ellos los documentos a partir de un título, un autor o, si existe un catálogo de materias, un tema. 
• Saber interpretar los registros y fichas catalográficas. 
• Aprender a utilizar la signatura topográfica para identificar un libro en el catálogo y localizarlo en de la biblioteca. 
• Saber localizar los documentos a partir de las indicaciones de los catálogos. 
• Conocer otros centros bibliotecarios y documentales. 
• Reconocer los distintos instrumentos periféricos de información: portadas, anexos, bibliografías, glosarios, cronologías, actividades... 
• Reconocer la importancia de clasificar los materiales y de mantener unas normas de organización en la biblioteca. 
• Conocer, básicamente, la CDU o el sistema de clasificación que haya adoptado la biblioteca, así como los apartados para los diferentes temas y las divisiones por edades. 
• Descubrir la utilidad de los carteles y rótulos para orientarse con más facilidad en la búsqueda de materiales en la biblioteca. 
• Conocer los sistemas de presentación y organización gráfica de la información: gráficos, notas a pie de página, recuadros, esquemas... 
• Identificar y valorar las diversas fuentes de información en función de los distintos niveles informativos: enciclopedias, diccionarios, manuales, monografías, bases de datos, soportes ópticos, electrónicos... 


NOTA: TEXTO COMPLETO EN:


FUENTE: orienta.org

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